Baja Edad Media

La Baja Edad Media es un término que a veces produce confusión, pues procede de un equívoco etimológico entre alemán y castellano: baja no significa decadente, sino reciente; por oposición al alta de la Alta Edad Media, que significa antigua (en alemán alt: viejo, antiguo). No obstante, es cierto que desde alguna perspectiva historiográfica puede verse al conjunto del periodo medieval como el ciclo de nacimiento, desarrollo, auge e inevitable caída de una civilización, modelo interpretativo que inició Gibbon para el Imperio romano (donde es más obvia la oposición entre Alto Imperio y Bajo Imperio) y que se ha aplicado con mayor o menor fortuna a otros contextos históricos y artísticos.​ Así se entiende que se asigne el nombre de Plenitud de la Edad Media al periodo de la Historia de Europa que ocupa los siglos XI al XIII. Esa Plena Edad Media o Plenitud del Medievo terminaría en la crisis del siglo XIV o crisis de la Edad Media, en la que sí se pueden apreciar procesos decadentes, y es habitual calificarla de ocaso u otoño. No obstante, los últimos siglos medievales están llenos de hechos y procesos dinámicos, con enormes repercusiones y proyecciones en el futuro, aunque lógicamente son los hechos y procesos que pueden entenderse como "nuevos", que prefiguran los nuevos tiempos de la modernidad. Al mismo tiempo, los hechos, procesos, agentes sociales, instituciones y valores caracterizados como medievales han entrado claramente en decadencia; sobreviven, y sobrevivirán por siglos, en buena medida gracias a su institucionalización (por ejemplo, el cierre de los estamentos privilegiados o la adopción del mayorazgo), lo que no deja de ser un síntoma de que es entonces, y no antes, que se consideró necesario defenderlos tanto.

La Plena Edad Media (siglos XI al XIII)




La justificación de esa denominación es lo excepcional del desarrollo económicodemográficosocial y cultural de Europa que tiene lugar en ese período, coincidente con un clima muy favorable (se ha hablado del "óptimo medieval") que permitía cultivar vides en Inglaterra. También se ha hablado, en concreto para el siglo XII, de la revolución del siglo XII o renacimiento del siglo XII.
El simbólico año mil (cuyos terrores milenaristas son un mito historiográfico frecuentemente exagerado) no significa nada por sí mismo, pero a partir de entonces se da por terminada la Edad Oscura de las invasiones de la Alta Edad Mediahúngaros y normandos están ya asentados e integrados en la cristiandad latina. La Europa de la Plena Edad Media es expansiva también en el terreno militar: las cruzadas en el Próximo Oriente, la dominación angevina de Sicilia y el avance de los reinos cristianos en la península ibérica (desaparecido el Califato de Córdoba) amenazan con reducir el espacio islámico a la ribera sur de la cuenca del Mediterráneo y el interior de Asia.
El modo de producción feudal se desarrolla sin encontrar de momento límites a su extensión (como ocurrirá con la crisis del siglo XIV). La renta feudal se distribuye por los señores fuera del campo, donde se origina: las ciudades y la burguesía crecen con el aumento de la demanda de productos artesanales y del comercio a larga distancia, nacen y se desarrollan las ferias, las rutas comerciales terrestres y marítimas e instituciones como la Hansa. Europa Central y Septentrional entran en el corazón de la civilización Occidental. El Imperio bizantino se mantiene entre el islam y los cruzados, extendida su influencia cultural por los Balcanes y las estepas rusas donde se resiste el empuje mongol.
El arte románico y el primer gótico son protegidos por las órdenes religiosas y el clero secularCluny y el Císter llenan Europa de monasterios. El camino de Santiago articula la península ibérica con Europa. 

Nacen las Universidades (BoloniaSorbonaOxfordCambridgeSalamancaCoímbra). La escolástica llega a su cumbre con Tomás de Aquino, tras recibir la influencia de las traducciones del árabe (averroísmo). El redescubrimiento del derecho romano (Bártolo de SassoferratoBaldo degli Ubaldi) empieza a influir en los reyes que se ven a sí mismos como emperadores en su reino.
Los conflictos crecen a la par que la sociedad: herejías, revueltas campesinas y urbanas, la salvaje represión de todas ellas y las no menos salvajes guerras feudales son constantes.

La expansión del sistema feudal

Dinamismo interno: económico, social, tecnológico e intelectual







Lejos de ser un sistema social anquilosado (el cierre del acceso a los estamentos es un proceso que se produce como reacción conservadora de los privilegiados, tras la crisis final de la Edad Media, ya en el Antiguo Régimen), el feudalismo medieval demostró suficiente flexibilidad como para permitir el desarrollo de dos procesos, que se retroalimentaron mutuamente favoreciendo una rápida expansión. Por una parte, el asignar un lugar a cada persona dentro del sistema, permitió la expulsión de todos aquellos para quienes no había lugar, enviándolos como colonos y aventureros militares a tierras no ganadas para la Cristiandad Occidental, expandiendo así brutalmente sus límites. Por la otra, el asegurar un cierto orden y estabilidad social para el mundo agrario tras el fin del periodo de las invasiones; aunque ni mucho menos se acabaron las guerras —consustanciales al sistema feudal— el nivel habitual de violencia en periodos bélicos tendía a controlarse por las propias instituciones —código de honortregua de Dios, acogimiento a sagrado— y en periodos normales tendía a ritualizarse — desafíos, duelosrieptosjustastorneospaso honroso—, aunque no desaparecía ni en las relaciones internacionales ni dentro de los reinos, con unas ciudades que basaban su seguridad y pax urbana en sus fuertes murallas, sus toques de queda y su expeditiva justicia, y unos inseguros campos en los que señores de horca y cuchillo imponían sus prerrogativas e incluso abusaban de ellas (malhechores feudales), no sin encontrar la resistencia antiseñorial de los siervos,a veces mitificada (Robin Hood). A diferencia del modo de producción esclavista, el modo de producción feudal ponía en el productor —campesino— la responsabilidad en el aumento de la producción: sea buena o mala la cosecha, debe pagar unas mismas rentas. Es por ello que el sistema por sí solo estimula el trabajo y la incorporación de lo que la experiencia demuestre como buenas prácticas agrícolas, incluso la incorporación de nuevas técnicas que mejoren el rendimiento de la tierra. Si el aumento de la producción es permanente y no coyuntural (una sola buena cosecha por causas climáticas), quien empezará a recibir estímulos será el señor feudal, que detectará ese aumento de los excedentes cuya extracción es la base de su renta feudal (mayor uso del molino, mayor circulación por los caminos y puentes, mayor consumo en tiendas y tabernas; de todos los cuales cobra impuestos o aspirará a hacerlo), incluso se verá impulsado a subir la renta. Cuando lo que ocurre es que los campesinos, empujados por el aumento de sus familias, presionan los límites de los mansos roturando tierras antes incultas (eriales, pastos, bosqueshumedales desecables), el señor podrá imponer nuevas condiciones, e incluso impedirlo, porque forman parte de su reserva o de sus usos monopolísticos (caza, alimento de sus caballos).







Esa dinámica lucha de clases entre siervos y señores dinamizaba la economía y hacía posible el inicio de una concentración de riquezas acumuladas a partir de las rentas agrícolas; pero nunca de manera comparable a la acumulación de capital propia del capitalismo, pues no se hacía con ellas inversión productiva (como hubiera ocurrido de disponer los campesinos del uso del excedente), sino atesoramiento en manos de nobleza y clero. Tal cosa, en última instancia, a través de los programas de construcción (castillos, monasterios, iglesias, catedrales, palacios) y el gasto suntuario en productos de lujo: caballosarmas sofisticadas, joyasobras de artetelas de calidad, tintessedastapicesespecias, no pudo dejar de estimular el rudimentario comercio a larga distancia, la circulación monetaria y la vida urbana; en definitiva, el resurgimiento económico de Europa Occidental. 

Irónicamente, ambos procesos terminarían por minar las bases del feudalismo, y llevarlo hacia su destrucción.​ No obstante, no hay que imaginar que se produjo nada parecido a la revolución agrícola previa a la revolución industrial: el hecho de que ni campesinos ni señores pudieran convertir en capital el excedente (unos porque se lo extraían y otros porque su posición social era incompatible con las actividades económicas) hacía lenta y costosa cualquier innovación, además del hecho de que cualquier innovación chocaba con prejuicios ideológicos y una mentalidad fuertemente tradicionalista, ambas cosas propias de la sociedad preindustrial. Solo en el transcurso de siglos, y debido al ensayo y error del buen hacer artesanal de anónimos herreros y talabarteros sin ningún tipo de conexión con la investigación científica, se produjo la incorporación de escasas pero decisivas mejoras técnicas como la collera (que posibilita el aprovechamiento eficaz de la fuerza de los caballos de tiro, que empiezan a sustituir a los bueyes) o el arado de vertedera (que sustituye al arado romano en las tierras húmedas y pesadas del norte de Europa, no así en las secas y ligeras del sur). El barbecho de año y vez siguió siendo el método de cultivo más utilizado; la rotación de cultivos era desconocida, el abonado era un recurso excepcional, dada la escasez de animales, cuyo estiércol era el único abono disponible; el regadío estaba limitado a algunas de las zonas mediterráneas de cultura islámica; se escatimaba la utilización de hierro en herramientas y aperos de labranza, dado su coste inasumible por los campesinos; el nivel técnico, en general, era precario. El molino de viento fue una transferencia tecnológica que, como tantas otras en otros campos (pólvora, papel, brújula, grabado), provenía de Asia. Aun con su alcance limitado, el conjunto de innovaciones y cambios se concentró especialmente en un periodo que algunos historiadores han venido en llamar el "Renacimiento" del siglo XII o la Revolución del siglo XII, momento en el que el dinamismo económico y social, a partir del motor principal, que es el campo, produce el despertar de un mundo urbano hasta entonces marginal en Europa Occidental, y el surgimiento de fenómenos intelectuales como la universidad medieval y la escolástica.
La universidad

Aula universitaria. Laurentius de Voltolina, segunda mitad del siglo XIV.
Siguiendo el precedente de la organización carolingia de las escuelas palatinas, catedralicias y monásticas (debida a Alcuino de York -787-), más que el de otras instituciones semejantes existentes en el mundo islámico,Nota 15​ las primeras universidades de la Europa cristiana fueron fundadas para el estudio del derecho, la medicina y la teología. La parte central de la enseñanza envolvía el estudio de las artes preparatorias (denominadas artes liberales por cuanto eran mentales o espirituales y liberaban del trabajo manual propio de las artesanías, consideradas oficios viles y mecánicos); estas artes liberales eran el trivium (gramáticaretórica y lógica) y el quadrivium (aritméticageometríamúsica y astronomía). Después, el alumno entraba en contacto con estudios más específicos. Además de centros de enseñanza, eran también el lugar de investigación y producción del saber, y foco de vigorosos debates y polémicas, lo que a veces requirió incluso las intervenciones del poder civil y eclesiástico, a pesar de los fueros de los que estaban dotadas y que las convertían en instituciones independientes, bien dotadas económicamente con una base patrimonial de tierras y edificios. La transformación cultural generada por las universidades ha sido resumida de este modo: En 1100, la escuela seguía al maestro; en 1200, el maestro seguía a la escuela.54​ Las más prestigiosas recibían el nombre de Studium Generale, y su fama se extendía por toda Europa, requiriendo la presencia de sus maestros, o al menos la comunicación epistolar, lo que inició un fecundo intercambio intelectual facilitado por el uso común de la lengua culta, el latín.
Entre 1200 y 1400 fueron fundadas en Europa 52 universidades; 29 de ellas de fundación papal, las demás de fundación imperial o real. La primera fue posiblemente Bolonia (especializada en Derecho, 1088), a la que siguió Oxford (antes de 1096), de la que se escindió su rival Cambridge (1209), París, de mediados del siglo XII (uno de cuyos colegios fue La Sorbona, 1275), Salamanca (1218, precedida por el Estudio General de Palencia de 1208), Padua (1222), Nápoles (1224), Coímbra (1308, trasladada desde el Estudio General de Lisboa de 1290), Alcalá de Henares (1293, refundada por el Cardenal Cisneros en 1499), La Sapienza (Roma, 1303), Valladolid (1346), la Universidad Carolina(Praga, 1348), la Universidad Jagellónica (Cracovia, 1363), Viena (1365), Heidelberg (1386), Colonia(1368) y, ya al final del periodo medieval, Lovaina (1425), Barcelona (1450), Basilea (1460) y Upsala(1477). En medicina gozaba de un gran prestigio la Escuela Médica Salernitana, con raíces árabes, que provenía del siglo IX; y en 1220 empezó a rivalizar con ella la Facultad de Medicina de Montpellier.
La escolástica
La escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval, tras la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación de fe y razón, que en cualquier caso siempre suponía la clara sumisión de la razón a la fe (Philosophia ancilla theologiae -la filosofía es esclava de la teología-). Pero también es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento debía someterse al principio de autoridad (Magister dixit -lo dijo el Maestro-), y la enseñanza se podía limitar en principio a la repetición o glosa de los textos antiguos, y sobre todo de la Biblia, la principal fuente de conocimiento, pues representa la Revelación divina; a pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento, pues suponía someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas. Desde el comienzo del siglo IX al fin del XII los debates se centraron en la cuestión de los universales, que opone a los realistas encabezados por Guillermo de Champeaux, a los nominalistas representados por Roscelino y a los conceptualistas (Pedro Abelardo). En el siglo XII tiene lugar la recepción de textos de Aristóteles antes desconocidos en Occidente, primero indirectamente a través de los filósofos judíos y musulmanes, especialmente Avicena y Averroes, pero en seguida directamente traducido del griego al latín por san Alberto Magno y por Guillermo de Moerbeke, secretario de santo Tomás de Aquino, verdadera cumbre del pensamiento medieval y elevado al rango de Doctor de la Iglesia. El apogeo de la escolástica coincide con el siglo XIII, en que se fundan las universidades y surgen las órdenes mendicantesdominicos (que siguieron una tendencia aristotélica -los anteriormente citados-) y franciscanos (caracterizados por el platonismo y la tradición patrística -Alejandro de Hales o san Buenaventura-). Ambas órdenes coparán las cátedras y la vida de los colegios universitarios, y de ellas procederán la mayoría de los teólogos y filósofos de la época.
El siglo XIV representará la crisis de la escolástica a través de dos franciscanos británicos: el doctor subtilis Duns Scoto y Guillermo de Occam. Precedente de ambos sería la Escuela de Oxford (Robert Grosseteste y Roger Bacon) centrada en el estudio de la naturaleza, defendiendo la posibilidad de una ciencia experimental apoyada en la matemática, contra el tomismo dominante. La polémica de los universales se terminó decantando por los nominalistas, lo que dejaba un espacio a la filosofía más allá de la teología.

Los intelectuales medievales buscaban entender los principios geométricos y armónicos con los que Dios habría creado el Universo. El compás en esta ilustración de un manuscrito del siglo XIII es un símbolo del acto de creación de Dios.55
Ergo Domine, qui das fidei intellectum, da mihi, ut, quantum scis expedire, intelligam, quia es sicut credimus, et hoc es quod credimus. Et quidem credimus te esse aliquid quo nihil maius cogitari possit. An ergo non est aliqua talis natura, quia "dixit insipiens in corde suo: non est Deus" ?
Luego Señor, tú que das el entendimiento a la fe, dame de entender, tanto como consideres bueno, que tú eres como creemos y lo que creemos. Y bien, creemos que tú eres algo mayor que lo cual no puede pensarse cosa alguna. Ahora, ¿acaso no existe esta naturaleza, porque "dijo el necio en su corazón: no hay Dios" ?

Proslogio, capítulo II (1078). La frase entrecomillada es una cita bíblica (Salmos 13:1).56
Dicitur Exodi III, ex persona Dei, ego sum qui sum.
Deum esse quinque viis probari potest... Quinta via sumitur ex gubernatione rerum. Videmus enim quod aliqua quae cognitione carent, scilicet corpora naturalia, operantur propter finem, quod apparet ex hoc quod semper aut frequentius eodem modo operantur, ut consequantur id quod est optimum; unde patet quod non a casu, sed ex intentione perveniunt ad finem. Ea autem quae non habent cognitionem, non tendunt in finem nisi directa ab aliquo cognoscente et intelligente, sicut sagitta a sagittante. Ergo est aliquid intelligens, a quo omnes res naturales ordinantur ad finem, et hoc dicimus Deum.
Se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios: "Yo soy el que es."
La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas... La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios.
Tomás de Aquino, quinta de las Cinco Vías (Quinquae viae) para probar la existencia de Dios.

Summa Theologiae (Suma Teológica, 1274), Quaestio 2, Articulus 3.57

Compárese con los argumentos actuales sobre el diseño inteligente.
El surgimiento de la burguesía

Signoria de Florencia, una institución municipal que ejerce el poder soberano en esta ciudad estado italiana, dominada por una potente burguesía artesanal y comercial que se va ennobleciendo y convirtiendo en patriciado urbano.
La burguesía es el nuevo agente social formado por los artesanos y mercaderes que surgen en el entorno de las ciudades, bien en las antiguas ciudades romanas que habían decaído, bien en nuevos núcleos creados en torno a castillos o cruces de caminos -los propiamente llamados burgos-. Muchas de estas ciudades incorporaron ese nombre - HamburgoMagdeburgoFriburgoEstrasburgo; en España Burgo de Osma o Burgos-.
La burguesía estaba interesada en presionar al poder político (imperio, papado, las diferentes monarquías, la nobleza feudal local o instituciones eclesiásticas -diócesis o monasterios- de las que dependieran sus ciudades) para que se facilitara la apertura económica de los espacios cerrados de las urbes, se redujeran los tributos de portazgo y se garantizaran formas de comercio seguro y una centralización de la administración de justicia e igualdad de las normas en amplios territorios que les permitieran desarrollar su trabajo, al tiempo que garantías de que los que vulnerasen dichas normas serían castigados con igual dureza en los distintos territorios.
Aquellas ciudades que abrían las puertas al comercio y a una mayor libertad de circulación, veían incrementar la riqueza y prosperidad de sus habitantes y las del señor, por lo que con reticencias pero de manera firme se fue difundiendo el modelo. Las alianzas entre señores eran más comunes, no ya tanto para la guerra, como para permitir el desarrollo económico de sus respectivos territorios, y el rey fue el elemento aglutinador de esas alianzas.
Los burgueses pueden considerarse como hombres libres en cuanto estaban parcialmente fuera del sistema feudal, que literalmente los asediaba -se ha comparado a las ciudades con islas en un océano feudal-,58​ porque no participaban directamente de las relaciones feudo-vasalláticas: ni eran señores feudales, ni campesinos sometidos a servidumbre, ni hombres de iglesia. La sujeción como súbdito del poder político era semejante a un lazo de vasallaje, pero más bien como señorío colectivoque hacía que la ciudad respondiera como un todo a las demandas de apoyo militar y político del rey o del gobernante a la que estuviera vinculada, y que a su vez participara en la explotación feudal del campo circundante (alfoz en España).
La expresión alemana Stadtluft macht frei "Los aires de la ciudad dan libertad", o "te hacen libre"Nota 16​ (paráfrasis de la frase evangélica "la verdad os hará libres"),60​ indicaba que quienes podían radicarse en las ciudades, a veces huyendo literalmente de la sujeción de la servidumbre. El siervo huido se consideraba libre de retornar con su señor si conseguía domiciliarse en una corporación urbana por un año y un día.61​ tenían todo un nuevo mundo de oportunidades que explotar, aunque no en régimen de libertad, entendida esta en su forma contemporánea. La sujeción a las normas gremiales y a las leyes urbanas podía ser más dura incluso que las del campo: la pax urbana significaba la rigidez en la aplicación de la justicia, que mantenía los caminos y las puertas de entrada flanqueados con cadáveres de ajusticiados y un severo toque de queda, con cierre de puertas al anochecer y rondas de vigilancia. Eso sí: concedía a los burgueses la oportunidad de ejercer parcela de poder, incluyendo el uso de las armas en la milicia urbana (como las hermandades castellanas que se unificaron en la Santa Hermandad ya en el siglo XV), que en no pocas ocasiones se utilizaron en contra de las huestes feudales, con el beneplácito de las emergentes monarquías autoritarias. En el caso más precoz y espectacular fueron las comunas italianas, que se independizaron de hecho del Sacro Imperio Romano Germánico a partir de la batalla de Legnano(1176).

Eva hilando ante la cuna de uno de sus hijos. Ilustración del folio 8 del Salterio Hunter. La introducción de la rueca para hilar fue una de las innovaciones introducidas desde Asia en la Plena Edad Media. La de la ilustración es una hilandera primitiva, sin rueda. Ambas eran utilizadas tanto en la artesanía urbana como en las labores domésticas de las mujeres en campo y ciudad. Como todos los trabajos, dio origen a tensiones sociales: When Adam delved, and Eve span / Who was then a gentleman?("Cuando Adán cavaba y Eva hilaba, ¿quién era entonces caballero?") era una rima popular con la que el clérigo John Ball movilizó a los campesinos ingleses de la revuelta de 1381.
En los burgos surgieron muchas instituciones sociales nuevas. El desarrollo del comercio llevó aparejado consigo el del sistema financiero y la contabilidad. Los artesanos se unieron en asociaciones llamadas gremios, ligas, corporaciones, cofradías, o artes, según el lugar geográfico. El funcionamiento interno de los talleres gremiales implicaba un aprendizaje de varios años del aprendiz a cargo de un maestro (el dueño del taller), que implicaba el paso de aquel a la condición de oficial cuando demostrara conocer el oficio, lo que implicaba su consideración como trabajador asalariado, una condición de por sí ajena al mundo feudal que incluso se trasladó al campo (en principio de manera marginal) con los jornaleros que no disponían de tierras propias ni concedidas por el señor. La asociación de los talleres en los gremios, funcionaba de manera completamente contraria al mercado libre capitalista: se procuraba evitar todo rasgo posible de competencia fijando los precios, las calidades, los horarios y condiciones de trabajo, e incluso las calles donde podían radicarse. La apertura de nuevos talleres y el paso del rango de oficial al de maestro estaban muy restringidos, de modo que en la práctica se incentivaban las herencias y los enlaces matrimoniales endogámicos dentro del gremio. El objetivo era conseguir la supervivencia de todos, no el éxito del mejor.
Más apertura demostró el comercio. Los buhoneros que iban de aldea en aldea, y los escasos aventureros que se atrevían a hacer viajes más largos eran los mercaderes más habituales de la Alta Edad Media, antes del año 1000. En tres siglos, para comienzos del siglo XIV, las ferias de Champañade Medina habían creado rutas terrestres estables y más o menos seguras que (a lomos de mulas o con carretas en el mejor de los casos) recorrían Europa de norte a sur (en el caso castellano siguiendo las cañadas trashumantes de la Mesta, en el caso francés enlazando los emporios flamenco y norte-italiano a través de las prósperas regiones borgoñonas y renanas, todas ellas salpicadas de ciudades). La Hansa o liga hanseática estableció a su vez rutas marítimas de una estabilidad y seguridad similar (con mayor capacidad de carga, en barcos de tecnología innovadora) que unían el Báltico y el mar del Norte a través de los estrechos escandinavos, conectando territorios tan lejanos como Rusia y Flandes y rutas fluviales que conectaban todo el norte de Europa (ríos como el Rin y el Vístula), permitiendo el desarrollo de ciudades como HamburgoLübeck y Danzing, y estableciendo consulados comerciales denominados kontor.62​ En el Mediterráneo se llamaron Consulado del Mar: el primero en Trani en 1063 y luego PisaMesinaChipreConstantinoplaVeneciaMontpellierValencia (1283), Mallorca (1343) y Barcelona (1347).63​ Cuando el estrecho de Gibraltar fue seguro, se pudieron conectar marítimamente ambas Europas, con rutas entre las ciudades italianas (sobre todo Génova), MarsellaBarcelonaValenciaSevillaLisboa, los puertos del Cantábrico (SantanderLaredoBilbao), los del Atlántico francés y los del canal de la Mancha(ingleses y flamencos, sobre todo Brujas y Amberes). El contacto cada vez más fluido de gentes de distintas naciones (como comenzaron a llamarse a las agrupaciones de comerciantes de cercano origen geográfico que se entendían en la misma lengua vulgar, al igual que ocurría en las secciones de las órdenes militares) terminó produciendo que ambas instituciones funcionaran de hecho, como primitivas organizaciones internacionales.
Todo ello desarrolló un incipiente capitalismo comercial (véase también Historia del capitalismo) con el incremento o surgimiento ex novo de la economía monetaria, la banca (crédito, préstamos, segurosletras de cambio), actividades que mantuvieron siempre recelos morales (pecado de usura para todas las que significara lucro indebido, y en que únicamente podían incurrir los judíos cuando prestaban a otros que no fueran de su religión, oficio prohibido tanto a los cristianos como a los musulmanes). La aparición de burgueses ricos y de una plebe urbana pobre originó un nuevo tipo de tensiones sociales, que produjeron revueltas urbanas.64​ En cuanto a los aspectos ideológicos, la expresión del inconformismo burgués con su puesto marginal en la sociedad feudal está en el origen de las herejíasa lo largo de toda la Baja Edad Media (cátarosvaldensesalbigensesdulcinianoshussitaswycliffianos). Los intentos de responder a esas demandas del mundo urbano por parte de la Iglesia, así como de controlarlas y en su caso reprimirlas, produjeron la aparición de las órdenes mendicantes(franciscanos y dominicos) y de la Inquisición. A veces, la imposibilidad de conseguir el control hizo optar por el exterminio, como ocurrió en Beziers en 1209, siguiendo la respuesta del legado pontificio Arnaud Amaury:65
- ¿Cómo distinguiremos a los herejes de los católicos? - Matadlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos
Las catedrales y la búsqueda de la altura
En la Edad Media, la oposición entre lo alto y lo bajo "se proyecta en el espacio": se construyen torres y murallas muy elevadas, muy visibles, para manifestar que se quiere escapar de lo "bajo"... lo alto y la altura designan lo que es grande y hermoso... se expresa en la construcción de los castillos y las catedrales... Esa oposición es el correlato de la que existe entre el cielo y la tierra.
(...)
Luego, se buscó la luz, e incluso se acabó por identificar a Dios con la luz. Los progresos técnicos, la búsqueda de espacios abiertos y el uso cada vez más sofisticado del hierro y los diversos metales dieron nacimiento, entre los siglos XI y XIII a las grandes catedrales.66

La rivalidad entre castillos señoriales tuvo su correlato urbano en la rivalidad entre casas fortificadas, con torres desafiantes, que han sobrevivido en los espectaculares conjuntos de San Gimignano o de Cáceres. Mucho más extendida estuvo la rivalidad de las catedrales, cuya construcción se demoraba por siglos, desarrollándose de un modo orgánico, sin que los planes originarios se terminaran, haciendo que el resultado final fuera habitualmente la suma de estilos muy diferentes. Se llegaron a producir verdaderas carreras de prestigio, como la que se prolongó por cientos de años entre las de Siena y Florencia. Las dimensiones extraordinarias de ambas hicieron imposible que se terminaran antes de la crisis bajomedieval, lo que determinó que los sieneses (izquierda: Catedral de Siena Duomo di Santa María) optaran por conformarse con lo construido hasta entonces (para que pudiera utilizarse desde sus inicios, siempre se comenzaban las obras por el ábside, permitiendo consagrar el altar y dar culto mientras continuaban las obras). Lo que se pretendía era convertir el actual brazo mayor en el menor, y construir un brazo mayor verdaderamente descomunal (proyecto de 1339 que tuvo que abandonarse; el diseño inicial era de 1215-1263). Mientras tanto, los florentinos (derecha: Catedral de Florencia Duomo di Santa María dei Fiori), humillados por no ser capaces de cubrir el gigantesco espacio central del crucero (un desproporcionado tambor octogonal sobreelevado), tuvieron que esperar a que Filippo Brunelleschi consiguiera resolver el desafío técnico con una impresionante cúpula que abre la época del Renacimiento (concurso de 1419 y construcción entre 1420 y 1436). Véase también catedrales de España.

Nuevas entidades políticas

Poderes universales, monarquías feudales y ciudades-Estado
En la Plena Edad Media se observó una gran disparidad en la escala a que se ejercía el poder político: los poderes universales (Pontificado e Imperio) seguían reivindicando su primacía frente a las Monarquías feudales, que en la práctica funcionaban como estados independientes. Al mismo tiempo, entidades mucho más pequeñas en extensión demostraban ser muy dinámicas en las relaciones internacionales (las ciudades-estado italianas y las ciudades libres del Imperio Germánico), y el municipalismo demostró ser una fuerza muy a tener en cuenta en todos los territorios de Europa.67
El redescubrimiento del Digesto justinianeo (Digestum Vetus) permitió el estudio autónomo del Derecho (Pepo e Irnerio) y el surgimiento de la Escuela de los Glosadores y de la Universidad de Bolonia (1088). Ese suceso, que permitirá el redescubrimiento paulatino del Derecho romano, llevará a la formación del llamado Corpus Iuris Civilis y a la posibilidad de plantear un Ius commune (Derecho común), y justificar la concentración de poder y capacidad reglamentaria en la institución imperial, o en los monarcas, cada uno de los cuales empezará a considerarse como imperator in regno suo("emperador en su reino" -definiciones de Bártolo de Sassoferrato y Baldo degli Ubaldi-).
Rex superiorem non recognoscens in regno suo est Imperator: El rey no reconoce superiores, en su reino es emperador.
Decretal Per Venerabilem de Inocencio III, 1202.68
La difícil convivencia de Pontificado e Imperio (regnum et sacerdocium) a lo largo de los siglos dio origen entre 1073 y 1122 a la querella de las investiduras. Distintas formulaciones ideológicas (teoría de las dos espadasPlenitudo potestatisDictatus papae, condenas de la simonía y el nicolaísmo) constituían un edificio levantado durante siglos por el que el Papa pretendía marcar la supremacía de la autoridad religiosa sobre el poder civil (lo que se ha venido denominando agustinismo político), mientras que el Emperador pretendía hacer valer la legitimidad de su cargo, que pretendía derivar del antiguo Imperio romano (Translatio imperii), así como el hecho material de su capacidad militar para imponer su poder territorial e incluso tutelar la vida religiosa (tanto en los aspectos institucionalescomo los dogmáticos), a semejanza de su equivalente en Oriente. El acceso de distintas dinastías a la dignidad imperial debilitó el poder de los emperadores, sujetos a un sistema de elección que les hacía dependientes de un delicado juego de alianzas entre los dignatarios que alcanzaron el título de príncipe elector, unos laicos (príncipes territoriales, independientes en la práctica) y otros eclesiásticos (obispos de ciudades libres). No obstante, periódicamente se asistía a intentos de recuperar el poder imperial (Otón III y Enrique II entre los últimos otónidas), que en ocasiones llegaban a enfrentamientos espectaculares (Enrique IV, de la dinastía salia, o Federico I Barbarroja y Federico II de la dinastía Hohenstaufen). La oposición entre güelfos y gibelinos, cada uno asociado a uno de los poderes en liza (papa y emperador), presidió la vida política de Alemania e Italia desde el siglo XII hasta bien entrada la Baja Edad Media.
Ambas pretensiones distaron mucho de hacerse efectivas, agotadas en su propio debate y superadas por la mayor eficacia política de las entidades urbanas y los reinos del resto de Europa.69
Parlamentarismo
Apareció el parlamentarismo, una forma de representación política que con el tiempo se convirtió en el precedente de la división de poderes consustancial a la democracia de la Edad Contemporánea. La primacía en el tiempo la tiene el Alþingi islandés (930), que seguía el modelo de los thing o asambleas de guerreros germanos; pero desde finales del siglo XI se fue gestando un nuevo modelo institucional, derivado de la obligación feudal de consilium, que implicaba a los tres órdenes feudales, y se generalizó por Europa occidental: las Cortes de León (1188), el Parlamento inglés (1258) -previamente las relaciones de poder entre rey y nobleza habían sido reguladas en la Carta EMagna, 1215, o las Provisiones de Oxford, 1258- y los Estados Generales franceses (1302).

La Reforma Gregoriana y las reformas monásticas

Hildebrando de Toscana, ya desde su posición bajo los pontificados de León IX y Nicolás II, y más tarde como papa Gregorio VII (con lo que cubre toda la segunda mitad del siglo XI), emprendió un programa de centralización de la Iglesia, con la ayuda de los benedictinos de Cluny, que se extendieron por toda Europa Occidental implicando a las monarquías feudales (destacadamente en los reinos cristianos peninsulares, a través del Camino de Santiago).
Las siguientes reformas monásticas, como la cartuja (San Bruno) y sobre todo la cisterciense (San Bernardo de Claraval) significarán nuevos fortalecimientos de la jerarquía eclesiástica y su implantación dispersa en todo el territorio europeo como una impresionante fuerza social y económica ligada a las estructuras feudales, vinculada a las familias nobles y a las dinastías regias y con una base de riqueza territorial e inmobiliaria, a la que se añadía el cobro de los derechos propios de la Iglesia (diezmosprimiciasderechos de estola, y otras cargas locales, como el voto de Santiago en el noroeste de España).
El fortalecimiento del poder papal intensificó las tensiones políticas e ideológicas con el Imperio Germánico y con la Iglesia oriental, que en este caso terminarán llevando al Cisma de Oriente.
Las Cruzadas trajeron como consecuencia la creación de un tipo especial de órdenes religiosas, que, además de someterse a una regla monástica (habitualmente la cisterciense, incluyendo el cumplimiento teórico de los votos monásticos) exigían a sus componentes una vida castrense más que ascética: fueron las órdenes militares, fundadas tras la toma de Jerusalén en 1099 (caballeros del Santo Sepulcrotemplarios -1104- y hospitalarios -1118-). También se constituyeron en otros contextos geográficos (órdenes militares españolas y caballeros teutónicos).
La adaptación a la pujante vida urbana de los siglos XII y XIII será misión de un nuevo ciclo de fundaciones en el clero regular: las órdenes mendicantes, cuyos miembros no eran monjes, sino frailes (franciscanos de San Francisco de Asís y dominicos de Santo Domingo de Guzmán, a las que siguieron otras, como los agustinos); y de nuevas instituciones: las Universidades y la Inquisición.

Innovaciones dogmáticas y devocionales


Anunciación por Conrad von Soest, 1403. La Virgen, modelo de virtudes femeninas, cuya inocencia es simbolizada por el lirio, escucha el mensaje divino traído por el arcángel San Gabriel y acepta su destino (concebir a Cristo por obra y gracia del Espíritu Santo -la paloma-) con humildad y obediencia: Ecce ancilla Domini; fiat mihi secundum verbum tuum: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra (Lucas 1:38).70
A partir del siglo XI y el siglo XII, se introdujeron en el cristianismo latino innovaciones dogmáticas y devocionales de gran trascendencia:
La imposición del rito romano frente a la anterior multiplicidad de liturgias (rito hispánicorito bracarenserito ambrosiano, etc.)
La imposición del celibato sacerdotal en el Concilio de Letrán(1123).
El hallazgo del papel del purgatorio como estadio intermedio de las almas entre cielo e infierno, que intensificará la función intermediadora de la Iglesia a través de las oraciones y misas y los méritos de la Comunión de los Santos por ella administrados.
Mariología
La intensificación del papel de la Virgen María, que pasa a ser una corredentora con atributos investigados por la mariologíay aún no dogmatizados (Inmaculada ConcepciónAsunción de la Virgen), con nuevas devociones y oraciones (Avemaría -yuxtaposición de textos evangélicos que se introduce en occidente en el siglo XI-, Salve -adoptada por Cluny en 1135-, Rosario -introducido por Santo Domingo contra los albigenses-), una fiebre de fundaciones de iglesias en su nombre, y con un amplísimo tratamiento artístico. En la época del amor cortés la devoción a la Virgen apenas podía distinguirse, al menos en las formas, de la que el caballero sentía por su dama.Nota 17
La mariología había nacido en la Antigüedad tardía con la patrística, y el culto popular de la virgen fue uno de los factores clave de la suave transición del paganismo al cristianismo, que suele interpretarse como una adaptación del patriarcal monoteísmo del judaísmo al matriarcal panteón de las diosas-vírgenes-madre del Mediterráneo clásico: la cananea Astarté, la babilonia Istar, las griegas Rea y Gaia, la frigia Cibeles, la Artemisa de Éfeso, la Deméter de Eleusis, la egipcia Isis, etc., si bien "hay dos diferencias fundamentales entre el culto cristiano a María y los cultos paganos: la clara conciencia de la absoluta trascendencia de Dios, que opera como factor que elimina cualquier tendencia idolátrica y la oposición por parte del cristianismo a una divinización de la vida que ponga en peligro el carácter absolutamente libre de la decisión creadora de Dios".Nota 18​ La controversia Cristotokos-Theotokos (María como "Madre de Cristo" o "Madre de Dios"), y el amplio tratamiento de esta en el arte bizantino habían caracterizado a la iglesia oriental. El protagonismo de la Virgen quedaba ampliamente compensado con la misoginia del tratamiento de otras figuras femeninas, destacadamente Eva, la Magdalena y Santa María Egipcíaca. La renuncia al cuerpo (la carneenemiga del alma) y a las riquezas, que da oportunidad al arrepentimiento y la redención (y confía su gestión a la Madre Iglesia) solía ser el aspecto más destacable también en las vidas de otras santas y mártires.71
Sacramentos y cohesión social. Minorías religiosas

El pecado original, por Bertram von Minden, 1375. El tema de Adán y Evadaba la ocasión más habitual de representación de desnudos durante la Edad Media.
Por último, la institucionalización de los sacramentos, especialmente la penitencia y la comunión pascual que se plantean como trámites anuales que el fiel ha de cumplir ante su párroco y confesor. La vivencia comunitaria de los sacramentos, sobre todo los que significan cambios vitales (bautismomatrimonioextrema unción), y los rituales funerarios, cohesionaban fuertemente a las sociedades locales tanto aldeanas como urbanas, sobre todo cuando se enfrentaban a la convivencia con otras comunidades religiosas -judíos en toda Europa y musulmanes en España-.
La celebración de las festividades en días distintos (viernes los musulmanes, sábados los judíos, domingos los cristianos), los distintos tabúes alimentarios (cerdo, alcohol, rituales de matanza que obligan a separar las carnicerías) y la separación física de las comunidades -guetosaljamas o juderías y morerías- planteaban una situación que, incluso con tolerancia religiosa, distaba mucho de ser un trato igualitario. Los judíos cumplieron una función social de chivo expiatorio que dio salida a las tensiones sociales en determinados momentos, con el estallido de pogromos(revueltas antijudías, que tras la conversiones masivas dieron paso a revueltas anticonversas) o con las políticas de expulsión (Inglaterra -1290-, Francia -1394- y España -1492- y Portugal en 1496). La existencia de minorías religiosas dentro del cristianismo, en cambio, no podía ser aceptada, puesto que la comunidad política se identificaba con la unidad en la fe. Los definidos como herejes, por tanto, eran perseguidos por todos los medios.
Delito y pecado. El sexo
En cuanto a las desviaciones del comportamiento que no supusieran desafíos de opinión sino delitospecados (conceptos identificables y de imposible deslindamiento), su tratamiento era objeto de las jurisdicciones civil (que aplicaba el fuero correspondiente, la legislación del reino o el derecho común) y religiosa (que aplicaba el Derecho Canónico en cuestiones ordinarias, o el procedimiento inquisitorial en caso necesario), cuya coordinación era a veces compleja, como ocurría con las desviaciones de la conducta sexual considerada correcta (masturbaciónhomosexualidadincestoestuproamancebamientoadulterio y otros asuntos matrimoniales).72​ En cualquier caso, la vivencia de la sexualidad y la desnudez del cuerpo tuvo tratamientos muy distintos en cada época y lugar; y diferentes expectativas para cada nivel social (se consideraba que era propio de los campesinos un comportamiento animal, es decir, natural, y se pretendía que los nobles y clérigos tuvieran más voluntad para controlar sus instintos).
También costumbres como los baños (conocidos desde las termas romanas y reintroducidos por los árabes) y prácticas como la prostitución fueron objeto de críticas morales y reglamentaciones más o menos permisivas, llegando en el caso de los baños progresivamente hasta la prohibición (se les acusaba de inmorales y de producir el afeminamiento de los guerreros), y en el de la prostitución al confinamiento en determinados barrios, la obligación de llevar determinadas prendas y la detención de sus actividades en determinadas fechas (Semana Santa). La erradicación de la prostitución no se concebía posible, dado lo inevitable del pecado, y su papel de mal menor que evitaba que el deseo irrefrenable de los varones fuera en contra del honor de las doncellas y las mujeres respetables. Por lo general, los historiadores suelen coincidir que el periodo de la Plena Edad Media fue una etapa de mayor libertad de costumbres que no tuvo que esperar a El Decamerón (1348), y que en algunas cuestiones, como la condición femenina, significó una verdadera promoción, tanto frente a la Alta Edad Media como frente a la Edad Moderna;73​ aunque el extendido mito de que se llegara a dudar si la mujer tenía alma es un error filológico.74

Expansión geográfica de la Europa feudal


Willelm Dux, el Duque Guillermo de Normandía dirige sus tropas a la batalla de Hastings que le convertirá en rey de Inglaterra (1066). Tapiz de Bayeux, bordado pocos años después.
La expansión geográfica se llevó a cabo, o se intentó llevar a cabo, al menos, en varias direcciones, siguiendo no tanto un propósito determinado por concepciones nacionalistas inexistentes en la época, sino la dinámica propia de las casas feudales. Los normandosvikingos asentados en Normandía, dieron origen a una de las casas feudales más expansivas de Europa, que se extendió por Francia, Inglaterra e Italia, enlazada con las de Anjou-Plantagenet y Aquitania. Las casas de Navarra y Castilla (dinastía Jimena), FranciaBorgoña y Flandes (CapetosCasa de Borgoña -extendida por la península ibérica-, Valois) y Austria (casa de Habsburgo) son otros buenos ejemplos, y todas ellas se vieron vinculadas por alianzas, enlaces matrimoniales y enfrentamientos sucesorios o territoriales, consustanciales a las relaciones feudo-vasalláticas y expresión de la violencia inherente al feudalismo.75​ En el contexto espacial de la Europa Nórdica y Centro-Oriental tuvieron un desarrollo similar la Casa de Sweyn Estridsson danesa, la Bjälbo noruega y los Sverker y Erik suecos; y más tarde la Dinastía Jogalia o Jagellón (HungríaBohemiaPolonia y Lituania).
En España, simultáneamente a la disolución del Califato de Córdoba (en guerra civil desde el 1010 y extinguido el 1031), se creó un vacío de poder que los reinos feudales cristianohispánicos de CastillaLeónNavarraPortugal y Aragón (fusionado dinásticamente con el condado de Barcelona) intentaron aprovechar, expandiéndose frente a los reinos de taifas musulmanes en la llamada Reconquista. En las islas británicas, el reino de Inglaterra intentó repetidas veces invadir a GalesEscocia e Irlanda, con mayor o menor éxito.

Reconstrucción de un drakkar, embarcación usada habitualmente por los vikingos.
En Europa del Norte, acabadas las invasiones de los vikingos, las riquezas saqueadas por estos sirvieron para adquirir productos y servicios occidentales, creando en el mar Báltico una próspera red comercial que atrajo a los escandinavos a la civilización occidental, mientras su expansión hacia el oeste por el Atlántico (Islandia y Groenlandia) no pasó de la mítica Vinlandia (asentamiento fracasado en América del Norte, en torno al año 1000). Los vikingos orientales, (varegos), fundaron numerosos reinos en la Rusia europea y llegaron hasta Constantinopla. Los vikingos occidentales (normandos) se instalaron en Normandía, Inglaterra, Sicilia y el sur de la actual Italia, creando reinos centralizados y eficientes (RolónGuillermo el Conquistador y Roger I de Sicilia). En el este, en el año 955Otón el Grandebatió a los húngaros en la batalla del Río Lech y reincorporó Hungría a Occidente, al tiempo que comenzaba la germanización de Polonia, hasta entonces pagana. Posteriormente, desde tiempos de Enrique el León (siglo XII), los alemanes se fueron abriendo paso a través de las tierras de los vendos, hasta el mar Báltico, en un proceso de colonización conocido como Ostsiedlung (que será mitificado posteriormente con el romántico nombre de Drang nach Osten, o Afán de ir hacia el Este, lo que sirvió para justificar la teoría nazi del espacio vital alemán Lebensraum). Pero sin lugar a dudas, el movimiento de expansión más espectacular, aunque finalmente fallido, fueron las Cruzadas, en donde selectos miembros de la nobleza guerrera occidental cruzaron el mar Mediterráneo e invadieron el Medio Oriente, creando reinos de efímera duración.

Luis IX de Francia (San Luis) dirigió a sus caballeros a un desembarco naval contra el fuerte egipcio de Damietta en la Quinta Cruzada (1217-1221).
Las Cruzadas
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar Tierra Santade la dominación musulmana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas, a partir de la petición del Papa Urbano II y las predicaciones de Pedro el Ermitaño. Las sucesivas cruzadas tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII. Fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las iglesias de Oriente.
Balance de la expansión geográfica

Espada, cetro, orbe y corona (con su característica cruz inclinada) de San Esteban de Hungría, rey húngaroconvertido al cristianismo y coronado en diciembre del año 1000 por el papa Silvestre II, en un acto similar al que protagonizó Carlomagno exactamente doscientos años antes, significando en este caso la expansión del cristianismo occidental y las instituciones feudales por la Europa centro-oriental.
El balance de esta expansión fue espectacular, por comparación a la vulnerabilidad de la oscura época anterior: Tras medio siglo de instituciones carolingias, hacia 843 (Tratado de Verdún), los territorios que podían identificarse más o menos próximamente con ellas (lo que podría denominarse una formación social cristiano occidental) se extendían por Francia, el oeste y sur de Alemania, el sur de Gran Bretaña, las montañas septentrionales de España y el norte de Italia. Un siglo después, en la época de la batalla del Río Lech(955), no había región de Europa Occidental a salvo de las nuevas oleadas de invasores bárbaros, que parecían conducir a una nueva crisis de civilización.Nota 19
Sin embargo, en los dos siglos siguientes al fatídico año mil el panorama había cambiado completamente: para la época de la batalla de Navas de Tolosa (1212), habían sido incorporadas a la civilización europea toda Italia hasta Sicilia, la Gran Bretaña no inglesa (Escocia y Gales), Escandinavia(que se expandía por el Atlántico Norte hasta Groenlandia), buena parte de Europa Oriental (PoloniaBohemiaMoravia y Hungría, quedando los pueblos eslavos de los Balcanes y Rusia en la órbita del cristianismo oriental e institucionalizando sus propios reinos) y media península ibérica (en el transcurso del siglo XIII lo sería toda excepto el tributario reino nazarí de Granada, quedando marcado definitivamente el predominio cristiano sobre el estrecho de Gibraltar con la batalla del Salado -1340-). Otros territorios periféricos (como Lituania o Irlanda) estaban sometidos a una presión militar cada vez mayor por parte de los reinos centrales de la cristiandad latina. Más allá de los límites de Europa Occidental, las incursiones militares de huestes latinas de muy variada composición habían puesto en sus manos lugares tan lejanos como Constantinopla y los ducados Atenas y de Neopatria o Jerusalén y los Estados Cruzados.

Cristianos, musulmanes y judíos en la península ibérica

El ocaso de la Edad Media (siglos XIV y XV)


Muerte de Wat Tyler, líder de la revuelta campesina de 1381 en Inglaterra.
El símil astronómico de ocaso, que Johan Huizinga convierte en otoño, es utilizado con mucha frecuencia en la historiografía, con un valor analógico que más que una decadencia en lo económico o lo intelectual refleja un claro agotamiento de los rasgos específicamente medievales frente a sus sustitutos modernos.76

La crisis del siglo XIV

El final de la Edad Media llega con el comienzo de la transición del feudalismo al capitalismo, otro periodo secular de transición entre modos de producción que no finalizará hasta el final del Antiguo Régimen y el comienzo de la Edad Contemporánea, con lo que tanto este último periodo medieval como la Edad Moderna entera cumplen un papel similar y cubren una similar extensión temporal (500 años) a lo que significó la Antigüedad Tardía para el comienzo de la Edad Media.
La ley de rendimientos decrecientes empezó a mostrar sus efectos a medida que el dinamismo de los campesinos forzó la roturación de tierras marginales y las lentas mejoras técnicas no podían sucederse a un ritmo semejante. La coyuntura climática cambió, acabando con el denominado óptimo medieval que permitió la colonización de Groenlandia y el cultivo de vides en Inglaterra. Las malas cosechas condujeron a hambrunas que debilitaron físicamente a las poblaciones, preparando el terreno para que la Peste negra de 1348 fuera una catástrofe demográfica en Europa. La repetición sucesiva de epidemias caracterizó un ciclo secular.

Consecuencias de la crisis


El matrimonio Arnolfini, por Jan van Eyck (1430), representa el interior de una acomodada casa burguesa, que ambientan bien algunos de los nuevos valores de esa emergente clase social: la propiedad privada ganada con el trabajo, la familia nuclear, la moderación, la discreción y la privacidad. La escena transcurre en Flandes, un emporio comercial y artesanal, que suscitó el florecimiento de una nueva forma de pintura, la de los primitivos flamencos que entre otras innovaciones, iniciaron la pintura al óleo, lo que permitía detalles sutilísimos para hacer cada vez más fieles los retratos, un género que siglos antes no tenía ninguna demanda social.
Las consecuencias no fueron negativas para todos. Los supervivientes acumularon inesperadamente capital en forma de herencias, que pudo en algunos casos invertirse en empresas comerciales, o acumularon inesperadamente patrimonios nobiliarios. Las alteraciones de los precios de mercado de los productos, sometidos a tensiones nunca vistas de oferta y demanda cambió la forma de percibir las relaciones económicas: los salarios (un concepto, como el de circulación monetaria ya de por sí disolvente de la economía tradicional) crecían al tiempo que las rentas feudales pasaron a ser inseguras, obligando a los señores a decisiones difíciles. Alternativamente primero tendieron a ser más comprensivos con sus siervos, que a veces estuvieron en situación de imponer una nueva relación, liberados de la servidumbre; mientras que en un segundo momento, sobre todo tras algunas rebeliones campesinas fracasadas y duramente reprimidas, impusieron en algunas zonas una nueva refeudalización, o cambios de estrategia productiva como el paso de la agricultura a la ganadería (expansión de la Mesta).4
El negocio lanero produjo curiosas alianzas internacionales e interestamentales (señores ganaderos, mercaderes de la lana, artesanos de paños) que suscitaron verdaderas guerras comerciales (en ese sentido se ha podido interpretar las cambiantes alianzas y divisiones internas Inglaterra-Francia-Flandes durante la guerra de los Cien Años, en la que Castilla se implicó en su propia guerra civil).77​ Únicamente los nobles con más capacidad (demostrada la mayor parte de las veces por el despojo de nobles con menos capacidad) pudieron convertirse en una gran nobleza o aristocracia de grandes casas nobiliarias, mientras que la pequeña nobleza se empobrecía, reducida a la mera supervivencia o a la búsqueda de nuevos tipos de ingresos en la creciente administración de las monarquías, o a los tradicionales de la Iglesia.
En las instituciones del clero también se va abriendo un abismo entre el alto clero de obisposcanónigos y abades y los curas de parroquias pobres; y el bajo clero de frailes o clérigos vagabundos, de opiniones teológicas difusas, o bien supervivientes materialistas en la práctica, goliardos o estudiantes sin oficio ni beneficio.
En las ciudades, la alta burguesía y la baja burguesía viven un similar proceso de separación de fortunas, que hace imposible mantener que un aprendiz o incluso un oficial o un maestro de taller pobre tenga algo que ver con un mercader enriquecido por el comercio a larga distancia de la Hansao las ferias de Champaña y de Medina, o un médico o un letrado salidos de la universidad para entrar en la alta sociedad. Se va abriendo paso la posibilidad (antes inaudita) de que la condición social dependa más de la capacidad económica (no necesariamente ligada siempre a la tierra) que del origen familiar.
Frente al mundo medieval de los tres órdenes, basado en una economía agraria y firmemente ligada a la posesión de la tierra, emerge un mundo de ciudades basado en una economía comercial. Los centros de poder se desplazan hacia los nuevos burgos. Estos reequilibrios se vieron reflejados en los campos de batalla, ya que los caballeros feudales empezaron a ser superados por el desarrollo de técnicas militares como el arco de tiro largo,78​ arma que los ingleses usaron para barrer a los franceses en la batalla de Agincourt, en 1415, o la pica, usada por la infantería de mercenarios suizos. Es en esta época cuando aparecen los primeros ejércitos profesionales, compuestos por soldados a los que no les une un pacto de vasallaje con su señor sino la paga. A partir del siglo XIII se registran en Occidente los primeros usos de la de pólvora, invención china extendida desde la India por los árabes, pero de forma muy discontinua. Roger Bacon la describe en 1216) y hay relatos del uso de armas de fuego en la defensa musulmana de Sevilla (1248) y Niebla (1262, véase El cañón en la Edad Media). Con el tiempo, el oficio militar se envilece, devaluando las funciones de la nobleza con las de la caballería y los castillos, que quedan obsoletos. El aumento de los costes y las tácticas de batallas y asedios traerá como consecuencia el aumento del poder del rey frente a la aristocracia. La guerra pasa a depender no de las huestes feudales, sino de los crecientes impuestos, pagados por los no privilegiados.

Díptico de Melun, de Jean Fouquet(1450). Panel izquierdo: Étienne Chevalier, el donante, con San Esteban, su santo patronímico. En otra época, la perspectiva jerárquica hubiera distanciado a un simple mortal, por muy poderoso que fuera, de personajes celestiales.

Mismo díptico, Panel derecho: La Virgen con el Niño. La modelo fue Agnès Sorel, amante del rey Carlos VII de Francia, lo que aumenta el atrevimiento de la representación, que aun así resultaba asumible por la sensibilidad de la época.

Nuevas ideas

Las nuevas ideas religiosas -que se adaptan mejor a la forma de vida de la burguesía que a la de los privilegiados- ya estuvieron en el fermento de las herejías que se habían producido previamente, a partir del siglo XII (cátarosvaldenses), y que habían encontrado eficaz respuesta en las nuevas órdenes religiosas mendicantes, insertas en el entorno urbano; pero en los últimos siglos medievales el husismo o el wycliffismo tienen una mayor proyección hacia lo que será la Reforma protestante del siglo XVI. El milenarismo de los flagelantes convivía con el misticismo de un Tomás de Kempis y con los desórdenes y corrupción de costumbres en la Iglesia que culminaron en el Cisma de Occidente. Fue devastador el impacto que tuvo en la cristiandad occidental el espectáculo de dos (y hasta tres) papas excomulgándose mutuamente (y a emperadores, reyes y obispos, y con ellos a todos sus sacerdotes y fieles), uno en la llamada cautividad de Aviñón a la que le sometía el rey de Francia (fille ainée de l'Eglise -hija mayor de la Iglesia-), otro en Roma y un tercero elegido por el Concilio de Pisa (1409). La situación no se recondujo totalmente ni siquiera con el Concilio de Constanza (1413), que si hubieran prosperado las tesis conciliaristas se habría convertido en una especie de parlamento europeo supranacional, cuasi-soberano y competente en toda clase de temas. Hasta la humilde Peñíscola se llegó a convertir por algún tiempo en el centro del mundo cristiano -para los escasos seguidores del Papa Luna-.
Los intentos de imprimir mayor racionalidad al catolicismo ya venían estando presentes desde la cumbre de la escolástica de los siglos XII y XIII con Pedro AbelardoTomás de Aquino o Roger Bacon; pero ahora esa escolástica se enfrenta a su propia crisis y cuestionamiento interno, con Guillermo de Ockham o Duns Scoto. La mentalidad teocéntrica iba lentamente dando paso a una nueva antropocéntrica, en un proceso que culminará con el humanismo del siglo XV, en lo que ya puede denominarse Edad Moderna. Ese cambio no se limitó únicamente a las élites intelectuales: personalidades extravagantes, como Juana de Arco, se convierten en héroes populares (con el contrapunto de otras terribles, como Gilles de Rais -Barba Azul-);79​ la mentalidad social va alejándose del conformismo temeroso para acoger otras concepciones que implican una nueva forma de afrontar el futuro y las novedades:
Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos.
Villancico de Juan del Encina
El anonimato conscientemente buscado en el que vivieron silenciosamente generaciones durante siglos
Non nobis, Domine, non nobis,
sed nomini tuo da gloriam
¡No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria!
Salmos 115:1, musicalizado y utilizado muy frecuentemente para uso litúrgico. Se adoptó como lema de los templarios y aparece en la obra Enrique V de Shakespeare.80
y que seguirá siendo la situación de los humildes durante los siglos siguientes, da paso a la búsqueda de la fama y de la gloria personal, no solo entre los nobles, sino en todos los ámbitos sociales: los artesanos comienzan a firmar sus productos (desde las obras de arte a las marcas artesanas), y cada vez es menos excepcional que cualquier acto de la vida deje su huella documental (libros parroquiales, registros mercantiles, escribanos, protocolos notariales, actos jurídicos).
El desafío al monopolio económico, social, político e intelectual de los privilegiados, creaba lentamente nuevos espacios de poder en beneficio de los reyes, así como un lugar cada vez más amplio para la burguesía. Aunque la mayor parte de la población siguió siendo campesina, lo cierto es que el impulso y las novedades ya no provenían del castillo o el monasterio, sino de la Corte y la ciudad. Entre tanto, el amor cortés (procedente de la Provenza del siglo XI) y el ideal caballeresco se revitalizaron y pasaron a convertirse en una ideología justificativa del modo de vida nobiliario justo cuando este empezaba a estar en cuestión,81​ viviendo una época dorada, obviamente decadente, localizada en el período de esplendor del ducado de Borgoña, que reflejó Johan Huizinga en su magistral El otoño de la Edad Media.

El fin de la Edad Media en la península ibérica

Mientras que para el Mediterráneo Oriental el fin de la Edad Media supuso el avance imparable del islámico Imperio otomano, en el extremo occidental, los expansivos reinos cristianos de la península ibérica, tras un periodo de crisis y ralentización del avance secular hacia el sur, simplificaron el mapa político con la unión matrimonial de los Reyes Católicos (Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla), los acuerdos de estos con el de Portugal (Tratado de Alcáçovas, que suponían el reparto de influencias sobre el Atlántico) y la conquista de Granada. Navarra, dividida en una guerra civil entre bandos orientados e intervenidos por franceses y aragoneses, sería anexionada en su mayor parte a la creciente Monarquía Católica en 1512.

Véase también

Notas

  1.  Aunque el primero que señaló la existencia de unidad en el periodo comprendido entre el siglo V y el XV fue el humanista Flavio Biondo, la gloria de haber utilizado antes que nadie el término Edad Media le corresponde al obispo de AlesiaGiovanni Andrea dei Bussi. En una carta suya del año 1469 se dice expresamente lo siguiente:
    «sed mediae tempestatis tum veteris, tum recentiores usque ad nostra tempora».
    Esa media tempestas era el esbozo de unos «tiempos medios», que servían de puente entre la gloriosa antigüedad clásica, a la que se mitificaba, y los nuevos tiempos, que habían vuelto sus ojos hacia aquel período de esplendor. Expresiones como medium aevum, media tempestas, media aetas, etc., aparecen en historiadores o filólogos desde comienzos del siglo XVI. Así, por ejemplo, las utilizaron Joaquin de Wat, en 1501, o Juan de Heerwagen, en 1532. Más avanzado el siglo, en 1575, las encontramos en Marco Welser y Adriano Junius. El uso de dichas expresiones puede, asimismo, rastrearse en el transcurso del siglo XVII: Conisius, en 1601; Goldats, en 1604; Vossius, en 1662; etc. Du Cange, en su célebre Glosario, aparecido en 1678, habló de la «mediae et infimae latinitatis». Puede decirse que el término Edad Media había sido plenamente admitido, por más que su origen no fuera propiamente obra de los historiadores, sino de los filólogos. No obstante, en el mismo siglo XVII se produjeron algunas precisiones de gran transcendencia acerca de los «tiempos medios». En 1665, Jorge Horn, en una obra titulada Arca Noé, llamaba «medium aevum» al período comprendido entre los años 300 y 1500. Poco tiempo después, en 1688, apareció un libro que iba a desempeñar un papel destacado en la fijación del concepto de Edad Media. Se trata de la Historia medii aevi a temporibus Constantini Magni ad Constantinopolim a Turcis captam, del que era autor Cristóbal Keller, profesor de la universidad alemana de Halle. Fue Keller, cuyas precisiones cronológicas sobre el Medievo son bien significativas, el punto de partida de la difusión y generalización de la expresión Edad Media. Valdeón, op. cit., vol 11 pg. 11.
  2.  Incluso en la actualidad se juzga a la Edad Media como una época mala o "fea", a la vez violenta, oscura e ignorante. Ahora sabemos que esta imagen es falsa, aunque hubo una Edad Media de la violencia, y no únicamente la de los conflictos y las guerras entre grupos y entre países, sino también las violencias contra los judíos, con el comienzo del antisemitismo, y la represión de los rebeldes a la doctrina de la Iglesia... Evidentemente, las Cruzadas también forman parte del balance negativo. Pero la Edad Media fue igualmente, y pienso que incluso ante todo, un gran periodo creador. Se puede apreciar en el terreno el arte, de las instituciones, por supuesto primordialmente en las ciudades (por ejemplo con las universidades), o incluso del pensamiento, en el que la filosofía que se ha llamado "escolástica" alcanzó altas cumbres del saber... la Edad Media creó "lugares de encuentro" comerciales y festivos (las ferias, los mercados y las fiestas), en los que seguimos inspirándonos. Le Goff, op. cit., pgs. 115-116.
    En esta época, la noche se vive en ambientes poco luminosos: en cabañas alumbradas a lo sumo por el fuego del hogar, en las estancias amplísimas de castillos iluminados por antorchas o en la celda de un monje a la débil luz de un candil, y oscuras (además de inseguras) eran las calles de los pueblos y de las ciudades. No obstante, ésta es una característica propia también del Renacimiento, del Barroco y -más tarde aún- del período que se prolonga al menos hasta el descubrimiento de la electricidad. En cambio, al hombre medieval se le ve -o, al menos, se le representa en poesía y en pintura- en un ambiente muy luminoso. Lo que llama la atención en las miniaturas medievales es que, habiendo sido realizadas tal vez en ambientes oscuros apenas iluminados por una única ventana, están llenas de luz, incluso de una luminosidad especial, producida por la proximidad de colores puros: rojo, azul, oro, plata, blanco y verde, sin matices ni claroscuros.
    Umberto Eco, Historia de la Belleza, pg. 99-100
    Le Goff, Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media, Paidós, 2010; Georges Duby La época de las catedrales citados por Guillermo Altares Robin Hood y la actualidad de la Edad Media, El País, 26 de diciembre de 2010
  3.  El debate entre las distintas concepciones del feudalismo es uno de las clásicas discrepancias entre las escuelas institucionalista o restrictiva (François-Louis Ganshof Qu'est-ce que la féodalité? -Qué es el feudalismo-, 1947); y la materialista (Georges Duby Señores y Campesinos). Para el caso español es muy ilustrativo este texto de Salustiano Moreta (1978) Señores contra labradores: el malhechor feudal en la literatura:
    Respecto al feudalismo castellano, dado que la historiografía oficial y academicista partió de los presupuestos teórico-metodológicos positivistas y de una idea jurídico-política del feudalismo, no se dudó en asegurar «sin riesgo de error, que el sistema feudal no alcanzó en los Estados de la Reconquista su completo desarrollo y que la estructura social y política de la mayor parte de la España cristiana nunca llegó a constituirse según las formas políticas de los Estados feudales» (Luis García de Valdeavellano, Las instituciones feudales en España, pág. 231). En esta misma línea, a partir de la consideración del feudalismo como un fenómeno esencialmente político y superestructural, se formularía una distinción mixtificante entre régimen feudal y régimen señorial como categorías excluyentes y contrapuestas (Luis García de Valdeavellano, op. cit; Grassotti, Las instituciones feudo-vasalláticas en León y Castilla. Partiendo desde presupuestos positivistas, Salvador de Moxó ha puesto de manifiesto algunas de las limitaciones de las causas y razones aducidas por los dos autores anteriores para mantener la no feudalización castellana. Sociedad, estado y feudalismo, págs. 193-202.). Por fortuna la visión académico-oficial del feudalismo en general y del feudalismo castellano en particular resulta cada vez menos inapelable y su cuestionamiento crítico se halla en marcha, precisamente desde las perspectivas teórico-metodológicas derivadas -en unos casos simplemente invocadas y en otros asumidas directa y conscientemente, aunque con desigual acierto y rigor de la otra concepción del feudalismo: el feudalismo entendido como modo de producción (Pese a no contar todavía con una sola monografía rigurosa sobre el feudalismo en Castilla analizado desde las categorías y métodos derivados de su consideración como «modo de producción» se han publicado ya algunos trabajos y se van ensayando, poco a poco, ciertas observaciones y problemas que apuntan hacia esa dirección: Bartolomé Clavero, Mayorazgo: propiedad feudal en Castilla (1369-1836), págs. 60 y ss.; Señorio y hacienda a finales del antiguo régimen en Castilla; Julio Valdeón Baruque, Prólogo en El modo de producción feudal, Akal, págs. 7-14; Sebastiá Domingo, Crisis de los factores mediatizantes del regimen feudal; Reyna Pastor de Togneri, Del islam al cristianismo, págs. 12 y ss.)
  4.  Persona versada en el conocimiento de lo medieval.10
  5.  Véase todo lo referente a El código da Vinci.
  6.  No así la de Alejandría, que sobrevivió incluso al asesinato de Hipatia (415). El museo de Alejandría y la biblioteca de Alejandría habían sufrido muchas vicisitudes, como incendios y terremotos, y el Serapeumfue mandado derribar por el patriarca Teófilo en 391, aunque sus fondos, saqueados y desperdigados, sobrevivieron hasta la invasión musulmana (634), en que el califa Omar protagonizó otra célebre ofensa: «Los libros de la biblioteca o bien contradicen al Corán, y entonces son peligrosos, o bien coinciden con el Corán, y entonces son redundantes», citado en Curiosidades de la ciencia de Leonardo Moledo26
  7.  O bello sudario, o buen sudario. Procopio, en su Historia secreta reproduce así las palabras de Teodora:
    Quien ha recibido el poder soberano no debe vivir si se lo deja quitar. Tú César, si quieres huir, nada es más fácil... en cuanto a mí, Dios no permita que abandone la púrpura y aparezca en público sin ser saludada como emperatriz. Aprecio mucho esta antigua sentencia: «La púrpura es un glorioso sudario».
    (Citado por Pilar Benejam, Horizonte, pg. 106
  8.  Es la tesis principal de Perry Anderson op. cit.. Es comentada y criticada por Gregory Elliott (2004) Perry Anderson: El laboratorio implacable de la historia Universitat de València, ISBN 8437059356 pg. 144. La expresión síntesis feudal es utilizada habitualmente en ese sentido: Bisso y otros Occidente y su legado. Una historia. Volumen I. Desde las primeras civilizaciones a la crisis del mundo medieval ISBN 9879164806 reseña
  9.  Platón, siguiendo un esquema triádico de tradición indoeuropea, plantea en sus diálogos (por ejemplo en Fedro y en República) una sociedad en la que los trabajadores (representantes de la virtud cardinal de la templanza) sostienen a los guerreros que les defienden(fortaleza) y a los filósofos que les gobiernan (prudencia), y su conjunto en armonía produce la obtención final de la justicia.
  10.  La identificación entre clero y nobleza como privilegiados, y el papel clave de los votos, era evidente en el momento de su supresión durante la Revolución francesa, y se explicitó en los debates de la Asamblea (decreto del 13 de febrero de 1790), comentados en De la convocación a la revolución. La Constitución francesa de 1791 de Chantal López y Omar Cortés. Lo mismo ocurrió en el caso español: Secularización: Estado e iglesia en tiempos de Gómez Farias, de Anne Staples, Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 10, 1986, p. 109-123
  11.  Etimológicamente humilior significa los más humildes, los más pobres. Humilis, -e Adjetivo. Humilde; pobre. Breve vocabulario latín-castellano: H. El humilior es el que se encuentra rebajado en tierra (ad humun). Humillarse es rebajarse porque se supone que la tierra es lo más bajo (infima) que hay en el mundo. El mismo origen tiene humor (humildad),39
  12.  La novela de Ken Follett Los pilares de la tierra refleja ese ambiente.
  13.  Basándose en una teoría de Eugenio D'Ors se ha aplicado esta idea a los periodos del Arte griego: constructivo=arcaico, pleno=clásico y decadentes=helenístico; y veía paralelismos en el RenacimientoQuattrocento-Cinquecento-Manierismo; o en otros periodos: Barroco tenebrista-Barroco triunfante-RococóNeoclasicismo-Romanticismo
  14.  Si las ciudades y la burguesía son una contradicción inherente al sistema feudal en su dinamismo, o algo extraño y externo al modo de producción feudal, es un debate clásico de la historiografía materialista, expuesto en Rodney Hilton, op. cit.. Una visión irónica de esta dinámica se encuentra en la parodia de estudio de economía histórica El papel de las especias (y de la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la Edad Media52
  15.  A partir del siglo IX los bimaristanes entregaban diplomaturas de medicina a estudiantes que realizaban prácticas hospitalarias para ejercer profesionalmente como médicos. John Bagot Glubb Quotations on islamic civilization:
    En tiempos de Mamun, las escuelas de medicina fueron extremadamente activas en Bagdad. El primer hospital público gratuito fue abierto en Bagdad durante el califato de Harun Al-Rashid. Al desarrollarse este sistema, médicos y cirujanos fueron requeridos para impartir lecciones en la escuela de médicos, y entregaban diplomas a aquellos a los que consideraban cualificados para practicar la medicina. El primer hospital en Egipto fue abierto en 872, y a partir de entonces saltaron a todo lo largo y ancho del Imperio, desde Al-Andalus hasta Persia.
    La Universidad de Al Karaouine (Fez, Marruecos, 859) es considerada la más antigua del mundo.53​ La primera universidad completa sería la Universidad Al-Azhar (El Cairo, Egipto, siglo X), que ofrecía una amplia variedad de graduaciones académicas, incluyendo estudios de post-grado.
  16.  Un ejemplo de esta utilización nos lo ofrecen quienes citan (descontextualizando sus circunstancias históricas) el conocido refrán alemán, «El aire de la ciudad os hará libres», como corroboración de la tesis ideológica que atribuye a la ciudad, en general, la capacidad de conseguir que un sujeto de la especie humana pueda alcanzar la libertad, es decir, sin tener en cuenta que el refrán citado se formula en el proceso de transformación del sistema feudal en el sistema constituido por las ciudades burguesas de la baja edad media.59
  17.  Para toda la sección Le Goff, op. cit., pgs. 80-87; la cita en cursiva, de Agustín Rico Mansilla En torno a Gonzalo de Berceo: Los "milagros de Nuestra Señora" y el culto a la Virgen, de donde también es esta cita:
    Casi todos los historiadores que han estudiado el tema están de acuerdo en un punto: En Europa, los siglos XII y XIII marcaron el auge de uno de los fenómenos más interesantes del cristianismo, el culto a la Virgen María (Gerli,1988). Hasta ese momento, la devoción a la Virgen, aun existiendo, había sido algo de importancia menor en la Iglesia. Hilda Graef (1967), desde la más estricta ortodoxia católica, considera al siglo XII como la edad de oro de la mariología. Y Atienza (1991) estima que el culto a María en el occidente cristiano estalló masivamente a finales del siglo XI, se expandió a lo largo de los siglos XII y XIII y se estabilizó, pero con una implantación popular cada vez más amplia, a partir del siglo XIV.
    Véase también una perspectiva más tradicionalista en el artículo Devoción a la Santísima Virgen Maríade la Enciclopedia Católica.
  18.  Juan Martín Velasco Diccionario de Mariología Págs. 580-582: Paganismo y devoción a María; también Agustín Rico Mansilla op. cit.
    parece casi seguro que la consideración y aceptación por la Iglesia del protagonismo mariano en el misterio de la Encarnación fue evolucionando progresivamente desde el siglo II hasta el V (Concilio de Efeso), pero no puede afirmarse con seguridad que se difundiera entre la gran masa de fieles y, menos aún, que fuese objeto de un culto generalizado. Por otra parte, conviene recordar que la liturgia católica fue sustituyendo muy lentamente a los primitivos cultos precristianos, los cuales tardaron varios siglos en olvidarse; aún se pueden rastrear en muchas fiestas actuales de base pagana. Hemos visto que el estudio de las festividades dedicadas a María aporta algunos datos: En la Iglesia oriental solo se tiene noticia de una fiesta anterior al siglo V: la "Conmemoración de Santa María": y, a principios del siglo VI, la del "Tránsito de la Virgen". Sorprendentemente, en la Iglesia romana no se conocen fiestas marianas hasta el siglo VII, lo qué induce a pensar que la evolución fue bastante más lenta.
  19.  Es la tesis que defiende el historiador Kenneth Clark en Civilization, un prestigioso documental televisivo de la BBC, de la que se publicó también un libro.

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