septem artes liberales
El sistema educativo de la Antigüedad tardía griega y romana y de la Edad Media, propio de los «hombres libres» (puesto que eran las ejercitadas por la razón) en oposición a las artes serviles, o manuales, propias de los siervos (ejercitadas con el cuerpo). Agustín de Hipona las denominó artes saeculares, enumerando entre ellas la gramática, la retórica, la dialéctica, la aritmética, la geometría y la astronomía.
Esta denominación partía de la acepción del término arte entendido como conjunto de reglas idóneas para dirigir una determinada actividad, es decir, como sinónimo de una de las acepciones del término técnica, no en el sentido contemporáneo de actividad orientada a la belleza.
El primero en fijarlas en número de siete (septem artes liberales) es, no obstante, Marciano Capella, en el s. V. Esta división sirvió para establecer los estudios durante la Edad Media. Así, a partir de la reforma de las enseñanzas efectuada en el siglo XI por Alcuino, las tres primeras artes liberales
gramática,
retórica y
dialéctica,
formaban el trivium, artes del decir, y las cuatro restantes
geometría,
aritmética,
astronomía,
música,
formaban el quadrivium, artes de lo dicho (ver trivium y quadrivium).
En el transcurso de la Edad Media se dio importancia ora a uno de los grupos ora al otro, según los períodos y sus enfoques doctrinales. Escoto Eriúgena, por ejemplo, da mayor importancia al quadrivium, mientras que los dialécticos del s. XII favorecen el estudio del trivium.
La entrada de todas las obras lógicas de Aristóteles impulsa el trivium, mientras que los estudios árabes de carácter positivo favorecen el desarrollo del quadrivium, al que pronto se unen los diversos conocimientos sobre medicina, óptica, mecánica y de tipo técnico.
Con la llegada de las universidades, la enseñanza de las artes liberales se efectúa en las «facultades de artes», que existen junto a las de teología, derecho y medicina. Una de estas facultades, la de las artes de París, recibió con entusiasmo las obras físicas y metafísicas de Aristóteles, dando lugar al averroísmo latino.
Con el tiempo, las artes quedaron subsumidas en el mismo estudio de la filosofía. En la obra De divisione philosophiae, de Domingo Gundisalvo, las artes del trivium figuran en la propedéutica a la filosofía, como distintas de la lógica, y las del quadrivium en la correspondiente a la filosofía teórica, como física y matemáticas.
A partir del Renacimiento, la noción de arte liberal va ligada, por una parte, a un nuevo sentido de las artes consideradas como forjadoras de belleza y, por otra parte, como pertenecientes a profesiones liberales, no sometidas a la disciplina de las corporaciones de los artesanos. En este sentido, se consideraban la pintura, la escultura y, en general, lo que actualmente se conoce como bellas artes.