tropología
TROPOLOGÍA
Es el tercero de los cuatro sentidos bíblicos medievales y el segundo de los sentidos espirituales (/ alegoría).
Propiamente un «tropo» es un modo, una figura o un giro de palabras con el que una expresión designa un objeto distinto del que tiene su sentido natural.
Este hecho explica por qué originalmente la tropología se tomó como sinónimo de alegoría y también de anagogía. Así usarán este término Orígenes, Eusebio, Jerónimo, Dídimo. Será Diodoro de Tarso el que, reaccionando contra los abusos del alegorismo alejandrino, cargará de contenidos negativos y aislará el término de alegoría, distinguiéndolo así de la tropología. El malestar en el uso del término alegoría se advertirá igualmente en algunos autores occidentales alegorizantes, como Hilario, Rufino, Ambrosio, Jerónimo, Agustín, y esto servirá para mantener clara su distinción de la tropología.
Basándose en Rufino y en Jerónimo, Juan Casiano amplía la tripartición de los sentidos de la Escritura, añadiendo un cuarto sentido: distinguirá para ello la interpretación histórica o literal de un texto, de la inteligencia espiritual que puede ser tropológica, alegórica y anagógica. En adelante, y durante toda la Edad Media, la tropología indicará el sentido moral o, más exactamente, los fundamentos de la antropología cristiana que hay que buscar en la Escritura. En ella, considerada por los medievales como un libro polisémico de infinitos significados, era posible encontrarlo todo. Este explica por qué en la Edad Media no surgieron tratados de las diversas disciplinas teológicas. No era necesario. Bastaba con hacer exégesis, iluminados por uno de estos cuatro sentidos: literal, alegórico, tropológico o anagógico.
L. Padovese